LUZ VERDE
Por Byron Valdizón C.
LAS POLARIDADES EN LA COMUNICACIÓN. Es interesante descubrir que hay algunos matrimonios que manejan una comunicación polarizada. Es decir que por ser tan distintos en sus caracteres, cada uno se ubica en su extremo y eso no permite que tengan una comunicación fluida y por consecuencia no encuentran un punto de armonía. Como los vidrios polarizados de un vehículo: se ve de adentro para afuera pero no de afuera para adentro; así pasa en algunos matrimonios. Cada uno se posiciona en su extremo y no dejan entrar la luz de la comunicación.
Hay dos polos bien identificados en las relaciones matrimoniales. Uno que es Efectivo y el otro que es Afectivo. El que se sitúa en el polo de la efectividad maneja seguridad. Para él, esa es la clave: la seguridad. Quiere y necesita estar seguro en todo. De esa manera ejerce control. Es más, reclama que todo esté bajo control; un control que él quiere tener. Cuando las cosas no salen bien, entonces utiliza su última arma: la rigidez. Esto significa que se enoja, se enconcha y es capaz de levantar altos muros de frialdad.
El que se sitúa en la afectividad, maneja códigos y muestras de cariño. Su clave es la fluidez, el relajamiento, la calma y la espontaneidad. Mientras que el polo de la efectividad exige el control, éste exige fluidez, el relajamiento de las cosas. No le gustan las cosas metódicas ni tan planificadas. Su ultima arma, a la hora de no percibir fluidez, reacciona con un “caos.” Una especie de rabieta.
Lo interesante es preguntarse en qué polo estamos situados. Eso ayudará mucho a la comprensión y a la comunicación.
Pensemos en un ejemplo de dos esposos polarizados que van a un viaje. Él es Efectivo y ella Afectiva. Qué podría suceder. Él exigirá que todo esté planificado, que el viaje le de seguridad, que él tenga el control y si lo llegara a perder, entonces se enojaría. Ella, por su parte, no le importa si surgieran cambios en el camino, preferirá ir cantando y jugando. Si un paisaje le llegara a gustar, pediría que se detuvieran y si es posible, buscaría quedarse ahí un buen rato, cortar unas flores y comer un poco. Si no le dan oportunidad a vivir su posición, entonces sería capaz de hacer un berrinche, de provocar un caos.
La clave no es casarse con una persona del mismo polo, ni mucho menos conformarse con estar casado y vivir una vida matrimonial totalmente polarizada. La clave está en buscar el punto de armonía. Que cada uno se conozca, que haga una verdadera evaluación de su proceder y renunciar a lo que al cónyuge no le agrada o que le hace daño a la relación. Quizás les resulte complicado caminar a ese punto de armonía pero hay que intentarlo con madurez y decisión. Poco a poco descubrirán la belleza de comprenderse y dejarán de sufrir al estar viviendo en posiciones tan extremas. Es una lastima estar viviendo polarizados, cuando podríamos estar mejor.
Invaldi
Julio 25 de 2003.
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